Santísimo Cristo de la Fe

LA IMAGEN

El Santísimo Cristo de la Fe es obra del imaginero ayamontino Antonio León Ortega, del año 1975, siendo restaurado por Ana Beltrán Ruiz y por Verónica García Piedad, en el año 2003.
El Cristo de la Fe es la última gran talla que realiza este superlativo imaginero, siendo su imagen una obra limpia, simple, pero a la vez de gran realismo. Era el Cristo que León Ortega buscaba, tallándolo directamente de su mente, sin bocetos.
Corresponde a su última etapa, realizado como plegaria el Santísimo Cristo. Es por eso que la imagen carece a penas de hematomas y sangre. Su modelado es suave, al igual que su pelo castaño, del cual un mechón cae del lado derecho del crucificado.
El sudario, al igual que el resto de la imagen, es muy simple, alejándose de los llamativos paños de pureza que encontramos en otras obras.
El Santísimo Cristo de la Fe está crucificado en una cruz alborea, estrenada en el año 2011,clavado al Santo Madero por tres clavos, dos en sus respectivas manos y uno último, que atraviesa ambos pies. La cabeza de Cristo, ya muerto, cae hacia su lado derecho y hacia delante de forma contundente. Su tez es suave, morena, con barba y pelo hacia detrás en su parte izquierda, que deja ver su oreja izquierda. Tiene el costado derecho atravesado de forma tímida, del cual mana, como dictan las Sagradas Escrituras, sangre y agua.

EL MISTERIO

El misterio del Santisimo Cristo de la Fe representa el momento en el cual José de Arimatea pide la autorización para poder descender a Jesús de la Cruz, al mismo momento que dos centuriones romanos, Abenadar y Gaius Cassius Longinus “Longinos”, se pre-convierten al cristianismo al considerar, ahora sí, a Jesús el verdadero Hijo de Dios.
La obra escultórica la conforman el ya citado Santísimo Cristo de la Fe, María Magdalena (Elías Rodríguez Picón, 2004), José de Arimatea (José María Leal, 2010), Nicodemo (José María Leal, 2011) y los dos centuriones romanos, Cayo Longinos (2010) y Abenadar (2011).
El misterio se divide en dos escenas, la primera y principal ocurre en la delantera del paso. José de Arimatea presenta su petición para descender a Jesús de la cruz a los centuriones, uno de los cuales, Abenadar, señala con su mano izquierda al Cristo de la Fe. La segunda escena ocurre en la trasera, donde Nicodemo porta los aceites que más tarde se verterán sobre el cuerpo inerte del Mesías, apareciendo a su lado María Magdalena, que llora a los pies de la cruz, con su mirada clavada en el madero mientras lleva en sus manos una corona de espinas.
Los dos centuriones tienen unas características plumas rojas sobre sus cascos, cuyo modelo de orfebrería fue llevado acabo por Joaquín Ossorio, además de las corazas, hombreras, muñequeras, tibiales y espalda, según se representa en la iconografía de la época. Cabe destacar también, que tanto Nicodemo como José de Arimatea llevan ropajes adecuados a su situación social y económica.
La ornamentación floral ha variado bastante en los últimos años, utilizándose esta última salida procesional una gran variedad de flores que representaban el monte Calvario.

El PASO

El paso inicial que tuvo el Santísimo Cristo de la Fe fue adquirido a la Hermandad de los Estudiantes para la salida procesional del año 1990. Era de estilo barroco, tallado por Luis Barrios del año 1977, y llevaba cartelas talladas por Miguel Díaz Charneco. El paso estaba alumbrado por cuatro grandes hachones. Fue vendido a la Hermandad de la Santa Cruz de Huelva en el año 2004.
El actual paso sobre el que procesiona el Santísimo Cristo de la Fe y su misterio es obra del taller de Joaquín Pineda, del año 2004, de estilo Neobarroco, terminada ya la fase de carpintería y a la espera de que la Hermandad decida cómo desea finalizar el remache del paso. Tiene querubines por toda la canastilla y respiraderos, además de candelabros guardabrisas de nueve luces en las cuatro esquinas, y de dos más pequeños, de cinco luces, para cada respectivo costero. El llamador es de León Peñuelas.

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